For nearly two decades, Coach Tyson Whitfield has been a fixture at West Valley High School, serving as a history teacher and the Boys Basketball coach. His connection to the school runs deep with his wife teaching art at the high school, his son attending as a freshman, and his daughter attending West Valley schools in the past. 

For Whitfield, success on the court is important, but it's always been secondary to what happens in the classroom. 

“I wholeheartedly believe in the importance of being a student first and an athlete second,” says Whitfield. “Your athletic career will eventually come to an end, so you always want to have your education to fall back on.”

This philosophy has helped shape the culture of WV Basketball. Players are expected to push themselves academically with the same energy and focus they bring to the court. And, the results speak for themselves.

After winning one Academic State Championship, the team embraced a higher standard. They have won two of the last three academic championships. In the year they missed the top spot, they took second, reflecting the pride and accountability they hold for one another.

“It’s something that actually polices itself,” Whitfield explains. “The guys hold each other accountable to making sure that they get good enough grades to win it again and that academic eligibility is never an issue for us.”

Players echo this sentiment. 

Kailer Valdovinos says, “Being on a team that prioritizes these goals helps a lot, as my teammates and coaches keep me focused and make sure that I’m getting all my work done on time.”

Teammate Parker Mills, in his fourth year in the program sums it up: “Without school, we don't get to play, so we have to make sure that we get all our schoolwork done and keep our grades up to chase the Academic State Championship every year…and we embrace the challenge of pursuing academic excellence each year.”

For Coach Whitfield, every season brings new challenges, but what never changes is his energy, passion, and belief in his players. “I’m high energy and pour absolutely everything into our team and program,” Whitfield says. “I hold my players accountable, and am their biggest fan at the same time.”

At West Valley, we’re proud to have programs that build excellence in sports, academics, teamwork, and leadership. Coach Whitfield is one of many of the talented educators that has found a special balance that fosters growth and success in our students every day. 

El equilibrio entre los libros y el basketball 

Durante casi dos décadas, el entrenador Tyson Whitfield ha sido una figura clave en la High School de West Valley, donde se desempeñó como profesor de historia y entrenador de baloncesto masculino. Su conexión con la escuela es profunda: su esposa fue profesora de arte en la high school, su hijo asistió como estudiante de primer año y su hija asistió a escuelas de West Valley en el pasado.

Para Whitfield, el éxito en la cancha es importante, pero siempre ha sido secundario a lo que sucede en el aula.

“Creo firmemente en la importancia de ser estudiante primero y atleta después”, dice Whitfield. “Tu carrera deportiva eventualmente llegará a su fin, así que siempre querrás tener tu educación como respaldo”.

Esta filosofía ha ayudado a moldear la cultura del Baloncesto de Virginia Occidental. Se espera que los jugadores se esfuercen académicamente con la misma energía y concentración que ponen en la cancha. Y los resultados hablan por sí solos.

Después de ganar un Campeonato Estatal Académico, el equipo adoptó un estándar más alto. Han ganado dos de los últimos tres campeonatos académicos. El año en que no lograron el primer puesto, quedaron segundos, lo que refleja el orgullo y la responsabilidad que sienten entre sí.

“Es algo que se regula solo”, explica Whitfield. “Los chicos se responsabilizan mutuamente para asegurarse de obtener calificaciones lo suficientemente buenas como para ganar de nuevo y que la elegibilidad académica nunca sea un problema para nosotros”.

Los jugadores comparten este sentimiento.

Kailer Valdovinos dice: “Estar en un equipo que prioriza estos objetivos me ayuda mucho, ya que mis compañeros y entrenadores me mantienen concentrado y se aseguran de que termine todo mi trabajo a tiempo”.

Su compañero Parker Mills, en su cuarto año en el programa, lo resume: “Sin escuela, no podemos jugar, así que tenemos que asegurarnos de completar todas nuestras tareas escolares y mantener buenas calificaciones para aspirar al Campeonato Estatal Académico cada año... y aceptamos el reto de alcanzar la excelencia académica cada año”.

Para el entrenador Whitfield, cada temporada trae nuevos desafíos, pero lo que nunca cambia es su energía, pasión y fe en sus jugadores. “Soy una persona llena de energía y me entrego por completo a nuestro equipo y programa”, dice Whitfield. “Exijo responsabilidad a mis jugadores y, al mismo tiempo, soy su mayor fan”.

En West Valley, nos enorgullecemos de contar con programas que fomentan la excelencia deportiva, académica, de trabajo en equipo y de liderazgo. El entrenador Whitfield es uno de los muchos educadores talentosos que ha encontrado un equilibrio especial que fomenta el crecimiento y el éxito de nuestros estudiantes día a día.